El domingo por la tarde culminó un descenso memorable, que por primera vez se inició frente al ayuntamiento de San Emiliano, en lugar de en Torrestío como venía siendo habitual. Razones: varias, pero la más importantes fue la sugerencia del actual alcalde del municipio David Marcello que, a fin de ofrecer una mayor visibilidad a Babia, tierra en la que antaño hubo vaqueros en otros pueblos como Candemuela y Torrebarrio, se iniciase en San Emiliano. La presidenta de RUVAT consideró oportuna la propuesta añadiendo que la Ruta podría recorrer parte de la Calzada Romana hasta adentrarse en la Quemadas y pasar por la Ermita de Porcineiro, importante edificio que bien merece ser la capilla más antigua de Babia. Allí hubo una Venta para ayudar a los caminantes y peregrinos, que siguiendo el camino de Las Reliquias iban a visitarlas a La Cámara Santa de Oviedo, lugar al que habían llegado a comienzos de del siglo XI. Allí paraban también los vaqueros de Torrestío cuando la nieve les impedía atajar por al alto de la Collada. En Porcineiro murió de frío la esposa del que había sido alcalde de Torrestío, asesinado en la guerra civil. Regresaba de Asturias esta mujer, acompañada del Sevillano, pero su cuerpo no aguantó el frío y se fue dejando cinco niños de corta edad.
Una vez pasado Porcineiro subimos a Puerto Ventana y, tras un respiro para contemplar el inmenso paisaje que se avista a ambos lados de la montaña, continuamos hasta el siguiente lugar de descanso, la habitual ermita hermana de Trobaniello ya en terreno de Quirós. Era esta capilla donde los vaqueros siempre paraban para dar una pequeña limosna a la Virgen, pidiéndole llegar salvos al lugar de destino. Fueron ambos lugares un refugio seguro para los vaqueros.
De Trobaniello caminamos a Bárcena, donde nos esperaban dos concejales del ayuntamiento para recibirnos y anunciarnos el lugar donde tendría lugar la espicha que generosamente nos ofreció el ayuntamiento de Quirós. A la mañana siguiente, tras la foto de despedida, hecha por la representante del ayuntamiento en este proyecto y directora del Museo, iniciamos la segunda etapa, rumbo a Proaza y Santo Adriano. Agradecemos al equipo que desde el ayuntamiento nos recibió, su dedicación y amabilidad.
Los caminantes más expertos tomaron el camino de la Collada de Aciera y tras maravillarse por las vistas que desde arriba se contemplan, bajaron lentamente hacia Proaza. Otro grupo de caminantes seguimos la Senda del Oso hasta encontrarnos con Sergio Mato, su madre Consuelo y su abuela Selina, antigua vaquera de Torrestío de la familia Lince. Tras los saludos pronto intervino a la TPA para recoger la gran noticia que ofrecía esta XII Ruta Vaqueros de Alzada: Sergio, en una silla de ruedas desde que tenía 10 años (y enfermo desde los 2 a consecuencia de una vacuna) quiso ahora, ya ingeniero informático trabajando online en una multinacional, acompañarnos un trayecto para festejar con el grupo esta conmemoración de alzada, porque como dice, lleva sangre vaquera en las venas. Y así es. No en vano fue campeón de natación en concursos nacionales, logro un Eramus para Polonia y un intercambio universitario con la Universidad de Málaga…Su vida fue siempre sembrada de obstáculos que gracias a su empeño iba superando.
La etapa terminó en el Restaurante El Tendejón de Fernando donde nos esperaba un suculento menú con plato de Gochu Celta incluido, gracias a la gestión de Maribel, alcaldesa de Las Regueras y a la generosidad de la casa.
Tras la comida en la que agradecemos la compañía de María, alcaldesa de Yernes y Tameza, de Mino y Azucena, alcalde y teniente alcalde de Somiedo (ambos concejos hermanos de por su historia de alzada y vínculos matrimoniales con Torrestío) Maribel y M Teresa, presidenta de RUVAT, ofrecieron un pequeño obsequio a Sergio, no sin antes comunicarle nuestro orgullo y agradecimiento por haber compartido esta alzada con todos nosotros.
Lo que al principio nos parecía que iba a ser una alzada poco exitosa, ya que la gente no se apuntó hasta última hora, resultó ser la más emotiva de las alzadas conmemorativas habidas hasta el momento. Fuimos una cincuentena de personas acompañadas de gente mayor, de jóvenes y de una bebe de 6 meses. Como nos decía Selita, vaquera de Llanera y Siero, “entre Laura (descendiente de la familia de Casa Genaro de La Braña, Las Regueras) y yo hicimos 88 años”. Hubo participación, ayudas y eco social. RUVAT evalúa este descenso como uno de los más armónicos y emotivos. Gracias a todos.